domingo, 19 de junio de 2011

SIEMPRE CON LOS DERECHOS CIVILES










Hoy, 2 de julio se celebra el día del Orgullo Gay, un día en el que el ambiente festivo de la marcha ha dejado en un segundo plano el verdadero significado de esta celebración: la reivindicación de los derechos de los homosexuales. La defensa de los derechos de los homosexuales no ha sido fácil, y desgraciadamente sigue sin serlo en muchas partes de nuestro planeta. Históricamente este colectivo siempre ha vivido marginado del resto de la sociedad con la desgraciada consecuencia de tener que llevar su orientación sexual a un plano puramente privado para evitar la incomprensión, el aislamiento social y en los peores casos, la misma cárcel o la muerte. No fue hasta el 28 de Junio de 1969 en los Disturbios de Stonewall cuando la comunidad gay se rebeló ante esta situación y se empezó a tomar conciencia y a luchar por los derechos y la dignidad de esta comunidad. Más tarde uno de los hitos de la causa gay fue cuando un dicharachero neoyorquino con nombre de dibujos animados consiguió ser el primer hombre abiertamente homosexual en ser elegido para un cargo público en los Estados Unidos, él, Harvey Bernard Milk, como todos los héroes que se enfrentan a la más dura de las tiranias: la intolerancia, tuvo el mismo destino con el que se encontró 10 años antes Martin Luther King, el asesinato. La misma intolerancia llena de fanatismo que asesina en nombre de un pueblo o una nación (como tanto sabemos en nuestro país), en nombre de una religión o en nombre de una ideología, esa misma intolerancia, nos hace estar en un único barco posible: el de la libertad, la tolerancia y los derechos civiles.



En los últimos años se han conseguido algunos logros para el reconocimiento de los derechos de los homosexuales, un ejemplo se produjo hace unos días cuando el Estado de Nueva York aprobó el matrimonio homosexual, sumándose así, un Estado más que reconoce este derecho en los Estados Unidos (curiosamente todos los Estados que han aprobado el matrimonio homosexual se concentran en el noreste de Estados Unidos). En nuestro país hay que decir que se ha avanzado mucho en este aspecto, nadie en su sano juicio por allá de los años 70 pensaría que se podría llegar a las cuotas de tolerancia que existen actualmente y mucho menos que el matrimonio homosexual fuese legalizado, pero esto no quiere decir que todo esté hecho y conseguido, y esto se debe en mi opinión a uno de los problemas que ha provocado el mismo gobierno que aprobó el matrimonio homosexual, y es la ideologización de la causa gay perdiéndose así su carácter transversal necesario para que verdaderamente triunfe como han triunfado otros derechos civiles que ya ni se discuten, porque están por encima de la ideología, por encima del ya anticuado esquema de izquierda-derecha, porque ya forman parte de la misma democracia y son asumidos y defendidos por todos. Creo que es importante hacer pedagogía en este sentido y explicar que defender los derechos civiles y en este caso los derechos de los homosexuales, está en el corazón mismo del liberalismo, en la creencia que la sociedad y el estado no tienen que tener un papel moralizante con los ciudadanos, un aspecto más de la libertad individual. Paradójicamente en nombre del liberalismo una cadena de televisión lanza sus consignas homófobas cada vez que se acerca el día del orgullo gay.


Hay muchas razones para pensar que se estan dando muchos pasos adelante en la consecución de los derechos de la comunidad gay, para pensar que, desde que un grupo de valientes se rebeló en el barrio neoyorquino de Greenwich Village el 28 de Junio de 1969 para defender su dignidad, en ese camino no hay marcha atrás, sin embargo todavía quedan muchísimos lugares en nuestro planeta en el que tener una orientación sexual diferente a lo que se considera normal es motivo de persecución, lugares como Uganda o Irán en el que la homosexualidad es motivo de pena de muerte o en los más de 70 países en los que está considerada como un delito, por ello el colectivo homosexual de nuestro país ha de abandonar la apatía que produce gozar de ciertos derechos que en otros países no se tienen y luchar con más firmeza que nunca en la defensa de estos derechos civiles. Pero no se equivoquen, esta lucha no es solo de los homosexuales, es una lucha de todos, de heterosexuales y del colectivo LGTB, han de saber que no están solos, que su causa es la nuestra, que estamos unidos para derribar los muros de la intolerancia, de la doble moral que hace que algunas televisiones se indignen cuando en Nigeria queman en la hoguera a un católico y silencian cuando en Irán se lapida a un homosexual, o la misma doble moral de aquellos que acuden a la manifestación del orgullo gay considerándose los verdaderos defensores de la causa gay y luego son benévolos con países como Cuba o Nicaragua en los que ser homosexual es un délito castigado con de uno a tres años de cárcel.

1 comentario:

  1. Hace unos meses hubo una manifestación en Cuba por los derechos de LGTB con la primogénita de Castro en cabeza. No tengo ni idea de qué está pasando allí al respecto, pero el dato resulta curioso.
    Por cierto, muy buena la película de «Milk».

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